Formar parte del inicio de un emprendimiento es de las cosas más interesantes e inesperadas que me sucedieron en la vida, hace 9 años cuando tenia mis 21 años, conocí al Gerente Manuel y Antonio Laredo, hice mi pasantía y tesis en la empresa, no tenía idea a dónde se dirigía toda esta travesía.Durante estos 9 años fuimos conscientes de que este sueño nos iba a costar sangre, sudor y lágrimas, teniendo todas las dificultades presentes estábamos más que seguros de luchar por nuestro sueño que hacerlo por el de alguien más.

Hoy en día veo en retrospectiva, veo todo lo que conseguimos lograr con tan poco, empezando este tremendo viaje en la cocina de los hermanos 

Laredo, personas con las cuales me alegro de haber empezado a construir un proyecto tan complejo y lleno de retos).

Mamut me enseñó y motivó a poder aprender cosas nuevas  como obtener mi licencia  de conducir, aprender a sobrellevar adversidades, tuve varias caídas y decepciones de las cuales creí que no podría levantarme pero con el constante apoyo de gerencia pude confrontar las situaciones que se me fueron dando, descubrí que tenía más fuerza de voluntad y más disciplina de la que creía, pero sobre todo me dio la esperanza de poder cambiar el mundo, el poder enfocarnos en empresas sostenibles y que contribuyan a eliminar la huella de carbono que tanto ha afectado a nuestra sociedad y sobre todo a nuestro planeta.

Para mí ser parte de Mamut significa ser un agente de CAMBIO, contribuir en lugar de quedarse sin hacer nada, aportar no solo con ideas y opiniones, sino también con acciones e impulsar un cambio en la forma en la cual pensamos como comunidad y las formas en las cuales buscamos desarrollar nuestros procesos productivos, buscando ser siempre parte de la solución y no del problema.
Hoy a mis 31 años puedo decir orgullosamente que gracias al duro esfuerzo y el constante apoyo de la empresa Mamut soy  Country Manager de la empresa Mamut en Paraguay, que todos los sueños y metas que se tiene a futuro son posibles.