En el mundo, el financiamiento climático es una realidad. Y en Bolivia todavía no nos hemos subido en ese tren. En el mundo, existen actualmente más de 25 fuentes internacionales de financiamiento bajo la convención marco de las Naciones Unidas sobre el cambio climático.
En el mundo, el financiamiento ASG (Ambiental, social y de gobernanza) es una realidad y solamente en Bolivia y Haití no hemos logrado acceder a esos fondos. Pero la buena noticia es que ya existe un conglomerado de instituciones que están trabajando en la mesa de finanzas verdes dentro del Pacto Global de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia liderados por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
El 5 de octubre se realizó una reunión entre el Representante País del PNUD, Denis Funes, Federación de Entidades Empresariales Privadas de Cochabamba, cooperativas de ahorro y crédito, empresarios y diferentes sectores del departamento. En dicha reunión se ha expuesto que existe la oportunidad de financiamiento a proyectos verdes, economía circular, economía naranja, infraestructura sostenible, electromovilidad, bioempaques, etc, etc, a través de los fondos climáticos y de ASG, donde además Bolivia no ha participado todavía.
Por tanto, se ha determinado que el sector financiero tiene una gran oportunidad de ofertar servicios financieros verdes, no como una responsabilidad empresarial, sino como una herramienta de promoción del desarrollo. En ese sentido, los empresarios deben, a través de la demanda, generar los requerimientos financieros implementando proyectos sostenibles que puedan generar mercados sostenibles.
Muchos podrían pensar que eso hay que crear en Cochabamba, pero durante más de 30 años se han formado diferentes modelos de negocios sostenibles con un alto impacto económico, social y ambiental. Pero, ¿cómo se genera la demanda? Imaginen que una ciudad necesita construir una infraestructura sostenible.
Para poder financiarla se puede hacer que las empresas constructoras designadas para realizar estos proyectos accedan a diferentes servicios financieros y fondos de inversión verdes que están apoyados por los fondos de financiamiento climático y ASG global.
Al mismo tiempo, este tipo de proyectos generan gran cantidad de nuevas y tradicionales fuentes laborales, disminuyendo de forma considerable el impacto ambiental de una infraestructura tradicional.
Este tipo de acciones que apoyan el cumplimiento de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible de la ONU propone cambiar la idea de riqueza por prosperidad. Una prosperidad que puede traer la esperanza que las ciudades y los ciudadanos están buscando.

#ACTUARENVEZDEHABLAR
MANUEL LAREDO GARNICA
Emprendedor Social en Economía Circular
manuel.laredo@pisosmamut.com
Leave a Comment