Muchas veces, me han preguntado si Mamut tiene el objetivo de ser un unicornio. Esas empresas que generan una valuación de más de 1.000 millones de dólares. La verdad es que nunca pensamos  en llegar a esa valoración, no porque no seamos ambiciosos, sino que nuestro modelo de triple impacto no se basa en generar un crecimiento sin importar el costo tanto financiero, como de impacto. No creamos una empresa que queme dinero, buscando un ultracrecimiento generando incluso impacto negativos a corto, mediano o largo plazo.

En nuestro caso, nosotros estamos muy felices de ser una Cebra. Una hermosa, real y terrenal Cebra. Esa Cebra que va creciendo poco a poco, que pertenece a una manada y responde a ella,  tienen una relación de dar y recibir con su ecosistema, promoviendo un balance con su contexto.

Esa empresa Cebra que tiene como retos el de mantener su facturación en tiempos de COVID-19, preservar los trabajos de sus colaboradoras, crecer en contextos de incertidumbre, levantando capital para solventar las adversidades mientras pagan los impuestos de cada día.

En un país donde el 80% de la economía es informal, para mi, este tipo de empresa es la de verdaderos superhéroes y las cuales la sociedad desde todas las instituciones debería apoyar.

¿De verdad queremos ser un Silicon Valley? ¿De verdad tenemos las capacidades,  infraestructura, financiamiento, etc., que nos permita competir en esos mercados? Creo que es importante fomentar un ecosistema, donde estas cebras crezcan y se reproduzcan multiplicando el  impacto que ya están realizando. Nuestro contexto es nuestra ventaja competitiva, por lo que a través de este articulo mando un saludo a todas las cebras bolivianas que crean país todos los días.

#ACTUARENVEZDEHABLAR

MANUEL LAREDO GARNICA

Emprendedor Social en Economía Circular

manuel.laredo@pisosmamut.com